La vida está llena de desafíos, momentos de gozo y tiempos de dolor. A veces, nos encontramos preguntándonos por qué Dios permite que ciertas cosas nos ocurran. Sin embargo, en Romanos 8:28, la Escritura nos da una maravillosa promesa:
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.»
Este versículo nos recuerda que Dios tiene un propósito más grande para nuestras vidas. Aunque enfrentemos dificultades, podemos confiar en que Él usa cada circunstancia para nuestro crecimiento espiritual y salvación. El Comentario Bíblico Adventista enfatiza que Dios obra en todo para nuestro bien, pero siempre respetando nuestra libertad de elección.
Las pruebas: una herramienta de transformación
Las dificultades y perplejidades de esta vida cumplen un propósito en nuestro caminar con Cristo. Aunque puedan parecer injustas o dolorosas, Dios las permite por amor, pues nos ayudan a:
- Desapegarnos del mundo: Cuando todo va bien, podemos caer en la trampa de aferrarnos a las comodidades terrenales. Pero las pruebas nos recuerdan que este mundo es temporal y que nuestra verdadera esperanza está en el cielo.
- Comprender nuestra fragilidad: La adversidad nos enseña que no somos autosuficientes. Nos ayuda a ver nuestra necesidad de Dios, quien es nuestra fortaleza y salvación.
- Desarrollar humildad y sumisión: A través de las pruebas, aprendemos a depender de Dios con un corazón más humilde y rendido a su voluntad.
- Cultivar paciencia y ternura: Los momentos difíciles nos ayudan a ser más comprensivos con los demás, a desarrollar empatía y a reflejar el carácter de Cristo en nuestras vidas.
Dios respeta nuestra libertad
Es importante recordar que Dios no es el autor del mal, pero en su infinita sabiduría, permite que enfrentemos dificultades para moldearnos y guiarnos hacia la salvación. No nos obliga a amarlo, sino que nos da la oportunidad de escogerlo.
Cada situación que enfrentamos es una invitación para confiar más en Él, para caminar en obediencia y para reflejar su amor en nuestra vida.
Su invitación está abierta para todos hoy. ¿Qué le responderás?
Te gustaría estudiar la palabra de Dios? Escríbenos
