«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.»
Filipenses 4:8
Quienes han atravesado momentos de ansiedad, miedo o incertidumbre saben lo difícil que puede ser mantener pensamientos positivos. A menudo, nuestra mente se ve invadida por pensamientos negativos, incluso catastróficos, que afectan nuestra paz interior y nuestra relación con Dios.
Sin embargo, mantener una actitud positiva no es solo una recomendación psicológica moderna, ¡es una instrucción divina! Filipenses 4:8 nos invita claramente a enfocar nuestra mente en todo lo bueno, lo justo, lo puro, lo amable… en todo lo que edifica el alma.
¿Por qué es tan importante pensar positivamente?
La ciencia lo confirma: un estudio realizado por la Universidad de Yale reveló que pensar de forma positiva puede alargar la vida hasta en 7 años. Los investigadores concluyeron que una actitud positiva puede ser tan beneficiosa como dejar de fumar o hacer ejercicio regularmente. Además, descubrieron que el pensamiento negativo puede acelerar el proceso de envejecimiento.
Pero mucho antes de estos hallazgos científicos, Dios —en su sabiduría infinita— ya nos había enseñado esto. Él conoce el poder de nuestros pensamientos y cómo estos afectan nuestra salud emocional, física y espiritual. Por eso nos instruye a llenar nuestra mente de todo lo que es digno de alabanza.
¿Cómo puedo desarrollar un pensamiento positivo?
No siempre es fácil, lo sabemos. Pero sí es posible. Aquí te comparto algunas prácticas sencillas y efectivas para comenzar:
1. Sé agradecido por lo que tienes
Cada mañana al despertar y cada noche antes de dormir, dedica unos minutos para agradecer por al menos cinco cosas diferentes. No tienen que ser grandes logros; muchas veces, las pequeñas bendiciones son las más valiosas: abrir los ojos, respirar, tener un techo o un nuevo día para empezar. Agradece a Dios por cada detalle. Lo que muchas veces damos por sentado, es en realidad un testimonio diario de Su amor y misericordia.
2. Recuerda las promesas de Dios
La Biblia está llena de promesas vivas, reales y actuales para ti. Una buena práctica es llevar un “cuaderno de promesas”, donde anotes los versículos que encuentres y que te llenen de esperanza. Cuando sientas que los pensamientos negativos te abruman, repasa esas promesas. Recuerda: Dios es fiel, y así como ha cumplido antes, también cumplirá en tu vida.
3. Practica la atención plena en Dios
Cuando los pensamientos ansiosos lleguen, haz una pausa y pregúntate: ¿Está todo bien en este momento? Muchas veces, descubrirás que sí, estás bien, estás a salvo, estás bajo el cuidado de un Dios amoroso. Él te ha sostenido antes, lo hace ahora y lo seguirá haciendo mañana. Traer tu mente al presente, confiando en Su presencia constante, te ayudará a romper el ciclo del pensamiento negativo.
Finalmente amigo, si elegimos vivir en paz y conforme a la voluntad de Dios es bueno que procuremos pensar correctamente. El desarrollo de nuestro carácter, especialmente si eres un hijo de Dios; requiere una manera correcta de pensar. Por eso Pablo bosqueja un programa constructivo de actividad mental en el versículo que mencionamos al comienzo de esta reflexión. En vez de pensar en nuestras diferencias con otros, o de estar preocupados por nuestras necesidades diarias, es mejor dedicar nuestra mente a las virtudes positivas aprendiendolas y poniendolas en práctica cada día así como lo hizo Jesús. Te aseguro que esto te brindará tranquilidad y cambiará tu perspectiva del mundo que te rodea.
¿Te gustaría recibir un estudio bíblico que te ayude a fortalecer tu mente y espíritu?
¿Quieres que oremos por ti o por alguien que amas?
Déjanos un mensaje. Nos encantaría acompañarte, orar contigo y ayudarte a descubrir más de las maravillosas promesas que Dios tiene para tu vida.
Con esperanza y fe,
Tu familia de miesperanzahoy.com 💛